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| "Destino" de Salvador Dalí |
Emanas del cordel
con que ato mis sueños
para que no me despierten,
para seguir en la oscuridad,
pensando en la lejanía del dolor.
Pero infame y persistente
concurres a la travesía
trepidante del mañana.
Por mi ventana entra la luz
acentuando las sombras,
y la penumbra de la oscuridad
es reemplazada por el brillo
de un falso fulgor.
Las ráfagas de lucidez
se compensan con los charcos
de una voluntad cómplice.
Cómplice de la umbría
es la intensa claridad que lejos
de despejar, empaña con
ardor insistente mis ojos.
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