En tus paredes de anhelo ocultas
el inconmensurable desprecio a la verdad.
Golpeando el saco de vergüenza
y viendo rodar las páginas marcadas,
te liberas del frío de esas calles.
La sombra de tus pasos ilumina
el infierno de tu cruz de cemento,
mientras los ojos inquietos de un futuro incierto
juegan con el disfraz de una vida que se aleja.
Disimulas el intenso silencio de la noche
que cubre el ego de tu valentía
con armonías confusas y vibrantes.
Mas el ruido de tu hastío
calla el menor atisbo de calma.
Foto: Invierno en Madrid
21 de julio de 2011
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