Mi vecino delata que a veces estoy solo,
encuentra mi llegada en la noche oscura,
él tiene dos dientes y está lleno de polvo.
Nunca dice nada, está cual escultura,
triste pieza de metal que no se queja,
el descuido ha construido su figura.
Alguna vez sirvió y ahora se añeja
entre fierros viejos, entre tanta historia
como aquella pena que al final nos deja.
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